Las contraseñas son las encargadas de darnos acceso a los servicios y plataformas que usamos a diario. Por ende, son las que protegen nuestra información personal, así que, si otra persona las consigue puede dañar tu privacidad e imagen publicando como si fueras tú en redes sociales, leyendo y respondiendo nuestros correos electrónicos. En el peor de los casos consumar un robo de identidad accediendo y vaciando la banca personal o adquiriendo préstamos a tu nombre.
Por eso, para ayudarte a evitar los riesgos derivados de una mala administración de tus claves, en el artículo de hoy te vamos a dar unos consejos sobre gestionar contraseñas.
Uno de los problemas más frecuentes entre los usuarios tiene que ver con que no se acuerdan de la contraseña. La segunda situación más usual es que cambian la clave del email y luego no pueden acceder.
Los dos problemas anteriores tienen mucho que ver con organizar la vida online. Este es por supuesto una cuestión que la mayoría de las personas deja de lado. Un error muy común tanto entre los neófitos como entre los expertos, y es que nuestra vida digital es cada vez más amplia.
Por lo anterior, tenemos montones de contraseñas dando vuelta en nuestras cabezas. Algunas personas optan por llevar un cuaderno o recurren a notas pegadas al monitor de la computadora. En cualquiera de estos casos, el grado de seguridad es mínimo, casi que inexistente.
No obstante, hay un caso todavía peor que los anteriores y es el de las personas que usan siempre la misma contraseña. Posiblemente, esta sea la práctica más riesgosa de todas.
Por esto tengo que alertar, para que nadie piense que la elección y gestión de contraseñas es un asunto sin importancia. En esta acción está en juego la integridad de nuestra información privada e incluso la economía personal.
Afortunadamente, hoy te traemos algunos consejos y formas para ayudarte a gestionar contraseñas.
Aunque no existe un sistema 100 por ciento perfecto, hay maneras de gestionar las contraseñas de una manera cómoda, pero sobre todo segura. Lo mejor es que sigas estos consejos:
Este es posiblemente el sistema más seguro para proteger el acceso a nuestras cuentas. Con el doble factor activado, además de introducir correctamente la contraseña para acceder al servicio que suscribes, necesitas introducir un código que llegará mediante SMS (o aplicaciones tipo Google Authenticator).
De esta forma, el sistema se asegura que, en efecto, el dueño de la cuenta es quien pretende acceder y no un tercero. Por suerte, son cada vez más los servicios que implementan esta segunda capa de seguridad; la misma ya está presente en los servicios en la nube de Google, Microsoft, Apple, Dropbox, Evernote, etc.
Ya lo había dicho antes, pero emplear la misma clave para todas las cuentas es, cuando mínimo, una forma de gestión de contraseñas irresponsable. Y esto es porque si un hacker consigue descifrar la contraseña de uno de los servicios que usas, intentará utilizarla en el resto de las plataformas en las que accedes. Y si es la misma, tendrá control de todo.
Es cierto que el ser humano ama las costumbres y lo sencillo, pero en este caso hay que evitar esta comodidad, pues es darles a los asaltantes un flanco por el cual atacar sin piedad. Otro elemento importante es no compartir tus contraseñas con nadie. Si lo haces, dejará de ser secreta y otras personas tendrán acceso a tu privacidad.
Lo ideal sería tener una contraseña específica para cada usuario o cuenta, para lograrlo el consejo siguiente es clave.
Muchas personas confían ciegamente en su capacidad de recordar múltiples contraseñas, pero es algo complicado, pues, se estima que un usuario promedio emplea no menos de 19 contraseñas. Lo cierto es que el cerebro humano, a pesar de ser una maravilla, es más limitado de lo que pensamos y lo más probable es que terminemos pulsando a menudo el link de recuperar contraseña.
Para solucionar esta situación, están los gestores de contraseñas, que no solo nos ahorran el proceso de memorizar todas las contraseñas, también generan códigos que son muy difíciles de descifrar. Algunos de los más reconocidos y usados son servicios como Bitwarden o 1Password.
Si has seguido todos los consejos anteriores, aún queda algo muy importante por hacer, y es proteger el acceso del gestor con una contraseña fuerte y fácil de recordar. Y es que de nada te sirve tener un gestor con una clave débil, pues si es fácil de descifrar el hacker tendrá vía libre hacia todas nuestras cuentas.
Entonces, ¿cómo conseguirlo? Pues con contraseñas lo más largas posibles (más de 12 caracteres) donde se combinen mayúsculas, minúsculas, números y signos de admiración o puntuación. Pero no te desesperes, pues para recordarla solo tienes que emplear la mnemotecnia, por ejemplo, empleando el segundo (tercer, cuarto, quinto, etc.) carácter de cada palabra de una frase que sea especial para ti.
Muchos expertos parecen estar de acuerdo que las contraseñas en un futuro tendrán los días contados (yo en lo personal no lo creo), y que el acceso a cuentas y perfiles se hará mediante la biometría. O sea, se emplearán patrones de nuestro físico (huella, iris, cara) para desbloquear los accesos.
Con toda honestidad, esta forma de acceso ya se utiliza en muchos sentidos. Por ejemplo, Apple universalizó el uso de la huella dactilar con su sistema TouchID; otros gigantes, como Microsoft, van más allá aprovechando el iris o el rostro para identificar sin equivocación al usuario con Windows Hello.
La gran ventaja de los sistemas biométricos para gestionar contraseñas es que son, en teoría, imposibles de hackear. Sin embargo, no son infalibles y todavía no se ha universalizado su uso en el grueso de los dispositivos.
Como puedes ver, gestionar contraseñas es una tarea que es bastante fácil de hacer y que, además, te da un extra de seguridad en tu presencia online. Espero que luego de leer el artículo de hoy te tomes este aspecto de tu vida digital más en serio.
Esta entrada ha sido publicada el 02/09/2022 11:00
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