Desde hace muchos años es imposible no tener un contacto directo constante con las tipografías. Nos acompañan en todo momento, podemos decir, por tanto, que son un elemento casi omnipresente.
Además, son claves a la hora de diseñar la identidad de marca de un proyecto. Pueden reforzar el mensaje que quieres enviar desde la empresa o destruirlo si son mal empleadas.
Para ayudarte, en este artículo voy a profundizar que es tipografía.
La tipografía es el estilo o la apariencia de las letras. Es algo que siempre se escoge al crear documentos u otros proyectos, para el trabajo o la escuela. Para entender mejor qué es la tipografía debes saber que está donde quiera mires: libros, sitios web, letreros, avisos, señales de tráfico, etc.
Pero, ¿qué significa tipografía? Deriva del latín “tipógrafo” que proviene de la unión de “tipos” (molde), “graphos” que alude a escribir o grabar, también agrega el sufijo “ia” que es semejante a cualidad o acción.
Podemos definir entonces la tipografía como el arte de diseñar las letras. La disciplina que estudia la representación gráfica de las letras para que la escritura sea efectiva.
De la misma forma definimos que es fuente tipográfica la escritura con un conjunto de caracteres alfanuméricos que cuenten con un estilo y una serie de características en común. Donde toda la familia de caracteres se ha diseñado siguiendo unas mismas pautas y estilo.
Estas fuentes se incluyen en un archivo contenedor con formato OpenType (Microsoft y Adobe) o Truetype (Apple).
Y es gracias a estos archivos que podremos incluir las tipografías en nuestro catálogo. Lo que nos permitirá usarlas en programas de edición de textos (o imágenes) y de diseño desde nuestro ordenador sin necesidad de diseñarlas continuamente.
Veamos entonces como podemos clasificar a las fuentes tipográficas por su morfología. Conozcámoslas una por una para que puedas aprender a diferenciarlas.
Las tipografías con serifa son aquellas que cuentan con remates o terminales, pequeños adornos ubicados en los extremos de los trazos.
Suelen ser consideradas como serias y tradicionales con un aire académico o institucional. Son idóneas para párrafos o textos largos, ya que las serifas contribuyen a que se cree una línea imaginaria bajo el texto que facilita la lectura.
Ejemplos de fuentes tipográficas Serif son: Times New Roman, Garamond o Book Antigua.
Sans serif se caracteriza por la ausencia de remates y terminales, sus trazos apenas presentan contrastes.
Las tipografías de este tipo suelen asociarse con un uso comercial, pues logran un resultado muy bueno en la impresión de titulares en carteles y publicidad. Este estilo de fuente da aires de modernidad, seguridad, neutralidad y minimalismo.
Aunque no cuente con la línea invisible que consiguen las tipografías Serif para los textos largos, es muy utilizada también para textos en pantalla y textos pequeños. Gracias a la ausencia de remates, esta tipografía es más legible en textos de pequeño tamaño.
Algunos ejemplos de tipografías San Serif son: Arial y Gotham.
Estas tipografías también se denominan cursivas o script. Tienen un diseño que representa o imita la caligrafía manual, por lo que en ocasiones también se les conoce como tipografías caligráficas.
Por lo general, este tipo en específico cuenta con una tendencia itálica o cursiva clara. Las letras se ligan entre sí y podemos encontrar curvas más pronunciadas que en las tipografías con serifa o de palo seco.
Como imitan la caligrafía, tienen con una personalidad un poco más humana y cercana. Algunas tipografías cursivas podrían ser Monotype Corsiva o Parisienne.
Igualmente conocidas como tipografías display. Están consideradas como familias tipográficas más divertidas y desenfadadas, pero pueden transmitir una variedad inmensa de sensaciones.
Poseen un carácter y personalidad muy fuerte. Desde la visión de la psicología tipográfica son transgresoras y contribuyen a llamar la atención. Son muy expresivas y tienen atributos más temáticos.
Sin embargo, la legibilidad que se puede obtener con ellas es algo más pobre.
Dentro de este conjunto entrarían aquellas cuyas características no se ajustan a los tres conjuntos anteriores. Suelen diseñarse para fines específicos donde a la legibilidad no se le da demasiada prioridad.
Como por ejemplo en el branding de algún producto en el sector de la alimentación. Eso sí, ten por seguro que no son tipografías idóneas para párrafos de texto.
Pueden transmitir falta de cuidado o desinterés. Por eso, piénsate bien cuando vas a utilizar este tipo de fuentes tipográficas para que no afecte tu mensaje.
Ya analizamos los tipos, pero entonces, ¿qué es una familia tipográfica?
Dicho de forma sencilla, es un conjunto de caracteres, alfabéticos o no, que cuentan con características comunes en su estructura y estilo. Elementos que nos permite identificarlas como una misma familia. Los miembros de esta se parecen entre sí, pero cada uno tiene rasgos propios: variaciones de peso, inclinación y proporción.
Un ejemplo puede ser la familia Helvética.
Si estás diseñando un proyecto en el que quieres incluir algún texto, debes dedicar tiempo a pensar qué tipografía encajará mejor con tu diseño. Y es que, como hemos visto, dependiendo de la tipografía se transmiten emociones, estilos de vida, y sensaciones diferentes.
Entonces cabe preguntarse ¿en qué debemos fijarnos para seleccionar la mejor tipografía para nuestros cometidos?
Si has leído hasta aquí debes tener mejor comprensión de qué es tipografía y qué es una fuente tipográfica. Ahora te corresponde aplicar lo aquí aprendido y escoger la que mejor se adapta a tus necesidades de diseño.
Esta entrada ha sido publicada el 13/07/2022 11:00
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