Si te dejas guiar por su nombre, quizás lo imagines los supermercados fantasmas como espacios con poco movimiento, estantes y pasillos vacíos y silenciosos, como si de una peli de terror se tratase. ¿Verdad?
Pero a realidad es otra. Existe estantes, productos, pasillos y carritos, pero falta un elemento muy importante: los clientes. Si te llaman la atención los supermercados fantasmas, a continuación, te explicamos qué son y cómo funcionan.
Básicamente, estos supermercados fantasmas tienen la estructura de un súper, tal y como lo conocemos, aunque pueden parecer más bien un almacén. Los mismos están bien surtidos, con productos locales e internacionales.
Pero, ¿dónde está la diferencia con un mercado normal?
Dentro de ellos, quienes llevan los carritos y cargan los productos no son los clientes, sino los “pickers”, empleados que, literalmente corriendo, se encargan de llenar el carrito con lo que el cliente pide.
Todo muy bien pensado para lograr recoger el pedido en 2 minutos. Lejos de lo que algunos pueden catalogar como arriesgado, a este ajetreo los jóvenes trabajadores prefieren llamarle “adrenalina sana”. Obviamente, este no es un trabajo apto para cardíacos, ni para personas lentas, son mayormente jóvenes atléticos quienes lo realizan.
El picker lleva el pedido a la caja donde se factura y entra en acción el “rider”, como se le conoce a la persona encargada de hacer la entrega. Normalmente, usan bicicletas o motos eléctricas, lo que garantiza el cuidado del medioambiente, punto el cual los dueños de estos negocios resaltan como virtud.
Restan 8 minutos al reloj y es con lo que cuenta el rider para hacerte llegar el pedido, por el que pagarás 1 o 1,5 euros (costo de entrega). Listo, ya puedes hacer los espaguetis en cuanto hierva el agua que pusiste mientras hacías el pedido. ¿Rápido, verdad?
El ajetreo de la vida cotidiana a veces nos hace llegar a casa locos por un baño y algo de comer. En ese momento notas que no tienes más que agua en la nevera, porque olvidaste hacer las compras de la semana. Si antes no lo acostumbrabas a hacer, ahora con el confinamiento provocado por la pandemia se te da muy bien lo de los pedidos a domicilio.
Tomas tu teléfono y a través de una app haces un pedido en el que quizás demores más decidiendo lo que compras que lo que demorará una persona en llevarlo a tu puerta. Precisamente es esta velocidad de entrega (¡10 minutos!) en lo que se basan estos negocios, lo cual les ha llevado a ser tan populares.
En el contexto actual, los supermercados fantasmas se han convertido en la forma más rápida, fácil y útil de comprar los productos necesarios del día a día. Veamos a continuación algunos de sus principales beneficios.
Pues sí, como ya te comentábamos antes, son 2 minutos para que el picker acomode el pedido y 8 para que el rider haga la entrega. Pero, ¿cómo estos supermercados fantasmas pueden hacer una entrega en 10 minutos?
Pues estos negocios cuentan con varios almacenes en puntos estratégicos de la ciudad y una red de puntos de venta que les permite estar lo más cerca posible del cliente. Además, cuentan con equipos geográficos especializados en analizar el radio de entrega ideal para cada almacén y hasta dónde puede llegar cada repartidor en 10 minutos.
Sumado a esto, poseen una sofisticada tecnología que les permite colocar los productos de tal forma que el picker los recoja en el menor tiempo posible para conformar el pedido.
Esta debe ser una de las preguntas que ronda tu cabeza a este punto de lectura, ya que por lo general algo bien hecho requiere tiempo. Pero estos supermercados fantasmas rompen con ese mito, demostrando que con un modelo de negocio muy bien estructurado, se garantiza no solo la velocidad de la entrega, sino que los productos cumplan con la calidad requerida por el consumidor.
Todo ello conlleva un trabajo logístico muy minucioso, así como lograr que los involucrados en el proceso trabajen en sincronía.
Supermecados fantasmas, ¿llegaron para quedarse?
En algunas ciudades de España, como Barcelona, se espera que se prohíban este tipo de negocios. Las autoridades afirman que atentan contra la armonía de la vida en la ciudad, y que deben trasladarse a otras localidades.
Las condiciones de trabajo de los empleados, tanto los que hacen las compras como los que las entregan, la salubridad de los establecimientos donde se almacenan o se elaboran los productos, o la preocupación de los vecinos de las zonas en las que estos se encuentran debido al alto movimiento de personas, son otras de los problemas que ponen en riesgo la existencia de supermercados fantasmas.
Ya veremos más adelante cuál será el futuro de estos negocios. Pero si de algo estamos seguros es que cumplen una función que para muchos es como “salvarse por la campana.” A nadie le gusta llegar a casa y no te
Esta entrada ha sido publicada el 13/04/2022 11:00
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